jueves, 14 de junio de 2012

15 de junio día del libro en Argentina


Esta celebración comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.

SOPORTES
 La piedra ha sido sin dudas el soporte más antiguo de la escritura, luego la madera, como así también la arcilla, el papiro, el pergamino, fueron los primeros soportes del libro –entre otros- a lo largo de la historia humana en una evolución que recibió un empuje histórico hacia 1440 con la invención de la  imprenta por tipos móviles, lo que revolucionó la industria editorial.
Libros secándose en la biblioteca legislativa de CABA

IMPRENTA
La introducción de las prensas para imprimir utilizando el vapor, poco después de 1820, así como los nuevos molinos de papel funcionando también a vapor, constituyeron las innovaciones más importantes después del siglo xv. Ambas hicieron bajar, notablemente, los precios de los libros a la vez que aumentaban su tiraje. Muchos elementos bibliográficos, como la posición y formulación de los títulos y de los subtítulos se vieron afectados, también, por esta nueva producción en serie. Después del siglo xix aparecieron nuevos tipos de documentos: fotografía, registros sonoros, cine, etc.

EN LA EPOCA COLONIAL
En el Río de la Plata los primeros impresos nacen en los talleres instalados por los jesuitas en las misiones. Se ha establecido que el primer libro impreso en esos talleres, un Martirologio romano, data de 1700. De interés científico, sólo podrían consignarse algunos trabajos menores de la imprenta, como las Tablas astronómicas y los Calendarios del padre Suárez.
En el día del libro, están "colgados"...
En 1747 la imprenta misionera deja de dar señales de vida, y para encontrar nuevos impresos argentinos debe llegarse hasta 1766, fecha de las primeras publicaciones de la imprenta cordobesa del Colegio Montserrat, de los jesuitas. Esta imprenta que, cronológicamente, es la segunda imprenta argentina, enmudece poco después a raíz de la expulsión de la orden, pero reaparece, más tarde, en Buenos Aires, gracias al celo del virrey Vértiz, con el nombre de Real Imprenta de los Niños Expósitos. En 1824, ya existiendo en la ciudad y en el país otras imprentas, se desmantela para formar, en parte con sus elementos, la Imprenta del Estado que crea Rivadavia.

Un libro electrónico en realidad, una biblioteca en la mano
EN LA ACTUALIDAD
La ruptura se produjo en los años 1990. La generalización de los códigos numéricos multimedia, que codifica de una manera única y simple (0 ó 1) los textos, las imágenes fijas, las imágenes animadas, y los sonidos es una invención, sin duda, tan considerable como la de la escritura. El hipertexto mejoró, de forma notable, el acceso a la información. Por último, Internet hizo bajar los costos de producción y de difusión, como lo hizo la impresión a finales de la Edad Media.
Tablilla cuneiforme

Asistimos a una evolución permanente de los soportes del libro, (libros electrónicos, libros en formato PDF, etc.), las que conviven en el mundo, y en Argentina, con el formato tradicional en papel. Algunos auguran el fin del libro tal como lo conocemos, incluso de las bibliotecas, mientras tanto, esta es una celebración oportuna para recordar el valor del libro y de la información más allá del soporte en que se encuentre.

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