jueves, 8 de marzo de 2012

Festival de las cebras

Frecuentemente nos encontramos con libros subrayados sin poder hasta ahora identificar al autor o a los autores de las rayas.

El Reglamento prevé en el Capítulo VI, inciso C las sanciones por estas acciones, que van desde el borrado en Biblioteca, por parte del usuario, a la suspensión del servicio y reposición de la obra por otra igual (siempre y cuando se compruebe la falta  identificando al autor de la misma).

Los subrayados con lápiz negro se pueden borrar pero quedan secuelas en el libro dependiendo del tipo de papel, de la intensidad de las rayas y el tipo de lápiz utilizado.

Los subrayados con lapicera y resaltados con colores flúo por ejemplo, directamente no se pueden borrar.

Más allá de la sanción, este tipo de conducta que no respeta a los demás  usuarios de una Biblioteca universitaria, condiciona la lectura y el estudio de otros usuarios que no tendrían por qué verse obligados a utilizar un libro subrayado.

Además consume tiempo que los bibliotecarios requieren para otras tareas. Habitualmente es difícil identificar usuarios que poseen estos hábitos adquiridos posiblemente en el extendido uso de las fotocopias para estudiar.

Así también es posible que los bibliotecarios no se percaten de tener en sus manos un libro subrayado bastante tiempo después que esto ha sido hecho y aún cuando el libro ha sido utilizado por otros usuarios.


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